Katherinne Morán Bonilla

Directora regional Centroamérica

El rol espiritual de la bisabuela y su mamá, llevaron a Katherinne a sus 8 años de edad, a hacer su decisión de fe en la escuela dominical. En su pequeño, pero apasionado corazón, se formó un discípulo de Jesús que hoy sigue rindiendo frutos en las nuevas generaciones.

Salvadoreña, apasionada por servir a Dios a través del discipulado infantil, considera que mientras más crece en el llamado, aumenta su pasión por poner al servicio del Señor sus habilidades y conocimientos para alcanzar y formar discípulos, no sólo en el ministerio local sino en su país y en América Latina.

Un antes y después en su vida, ha sido el año 2013 cuando en un campamento de jóvenes hizo una promesa a Dios, desde ese momento haría todo el esfuerzo para descubrir el don que Él le había dado, su convicción era trabajar en ello y ser fiel. Así comenzó a servir en diferentes áreas de la iglesia, maestra de ministerio infantil, corista en el ministerio de alabanza, más adelante líder de jóvenes. Fue hasta el año 2016 que Katherinne se unió al ministerio de Awana en su iglesia, a partir de ahí reflexionó que Dios le estaba llamando a servir, no solo en el ministerio local, sino en el discipulado de los niños y jóvenes de El Salvador.

Desde el año 2017 se ha equipado para ser entrenadora de las REDES Awana en su país con la alianza Misión Centroamérica, donde inició la estrategia de la Red Infantil, que tiempo después dirigiría. Su cercanía con el equipo de Awana LA a través de Awana/Worldlead generó en ella mucha pasión y recordó su promesa, servir en el equipamiento de líderes era parte de su llamado y estaba preparada para ello. Dios utilizó una entrevista con el equipo de Awana para aclarar sus dudas, sintió tanta  paz y certeza que Dios la llevaría más allá de su país.

Profesional del mercadeo internacional, pone al servicio del ministerio todo su conocimiento en planeación estratégica y desde julio del 2021 tiene la responsabilidad de ser la Directora Regional de Centroamérica. Con esto Dios le ha permitido servir no solo en su iglesia, sino a otras naciones; tiene una familia que la apoya, un esposo con quien comparte el ministerio, y un gran equipo en Awana con quién cuenta y aprende cada día para servir al Señor a través del discipulado infantil y juvenil.

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